18. Brasil, país de kombis

Uno de los detalles que más nos llamaron la atención cuando hicimos escala en Sao Paulo, en el viaje de avión hacia Buenos Aires, fue la gran cantidad de Volkswagen T2 que había en el aeropuerto. Ahora que pasamos por Brasil en nuestra furgo, podemos comprobar y ver con nuestros propios ojos que este país es como la Alemania sudamericana.

Circulando por las calles de Maringá, donde hemos llegado invitados por una pareja catalano-brasileña, Zeus y Gabriela, no paramos de ver kombis que nos cruzan y nos adelantan. Las furgonetas de Correos, unas flamantes Volkswagen T2, lucen su amarillo intenso, y la mayoría de medios de transporte de mercancías del Gobierno también son kombis. Estos vehículos tan buscados en Europa como clásicos, en las fábricas brasileñas todavía salen de las líneas de montaje, nuevas y adaptadas con las últimas tecnologías.

Nos enteramos que dos veces a la semana hay una feria de frutas y verduras donde se junta centenares de kombis y nos vamos hacia allá. Aunque predominan las T2, también hay unas cuantas T1, la furgoneta típica de los hippies de los 60s. Pero aquí hippies hay pocos. Todos los propietarios son trabajadores que venden sus plátanos, sus cebollas y sus frutas exóticas. Una menestra de colores donde las furgonetas se mezclan con los productos frescos, ofreciendo una bien original.

Volvemos hasta la casa de Zeus y Gabriela con su Escarabajo, que también se fabricó en Brasil durante bastantes años y que comparten las calles con sus hermanas grandes, las kombis. Toda una experiencia conducir el coche del pueblo y ver las calles llenas, al lado de los vehículos más modernos.

Aprovechando nuestra estancia en Brasil visitamos Tibagí con nuestros anfitriones, esta vez con la Saioneta. Encontramos saltos de agua espectaculares, vegetación exuberante por todas partes y una extensa oferta de deportes de aventura, de manera que probamos las piraguas, de la mano de un exseleccionador francés de la especialidad y cabalgamos a caballo antes de volver a Maringá.

Una vez allí, conocemos un grupo emergente de música brasileña, liderado Rafael Morais, que nos lleva al estudio donde están grabando el primer disco para enseñarnos su música, llena de influencias de la música del norte, con sus raíces africanas. Nos despedimos de Brasil en una fiesta africana, convencidos de que volveremos más adelante a un país que nos ha maravillado con sus músicas, sus paisajes generosos, sus caipirinhas y sus variados zumos naturales.